miércoles, 10 de enero de 2007

las nubes negras del delta del níger manchan el premio asturias

Cuando en mayo de 2006 se concedió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación, dotado de 50.000 euros, a la Fundación del hombre más rico del mundo, Bill Gates, no pocos dudábamos de los motivos reales del gremio. Aunque con escasa publicación en España, país sufridor de una cultura de fundaciones bastante particular, las críticas a la Fundación Bill and Melinda Gates siempre han sido múltiples, quitando el brillo de la filantropía altruista con el que el fundador y ex presidente de Microsoft ha querido cambiar su imagen de monopolista multado por la Comisión Europea.

El pasado domingo, el Los Angeles Times publicó un duro reportaje sobre la realidad de esta Fundación que ya está causando gran revuelo en Estados Unidos. Los hechos: La Fundación cuenta con un fondo de donación de 24,5 miles de millones de Euros, de los que en 2005 solamente 1,1 miles de millones de euros (el 5%) se dedicaron a sus fines fundacionales, es decir, a la igualdad del acceso a la salud y la educación. El 95% restante se invierte, como cualquier buen capitalista, en fondos de acciones, supuestamente con el fin de generar nuevos ingresos para la Fundación.

El problema reside en que la Fundación Bill and Melinda Gates invierte en algunas de las empresas más sucias e irresponsables del planeta, entre ellas petroleras, farmacéuticas e industria química. Esto lleva a situaciones absurdas, propias del modelo de solidaridad neoliberal: En el Delta del Níger, la Fundación apoya con 167 millones de euros un programa de vacunación contra la polio, al mismo tiempo que ha invertido 325 millones de euros (el doble) en empresas petroleras como Total, Exxon Mobil y Shell. Las llamas de los campos de petróleo de estas empresas causan permanentes nubes negras cuyas lluvias contaminan a la población del Delta del Níger con no menos de 250 sustancias tóxicas. Así, por un lado, se inmuniza a los niños contra la polio, y por otro, estos están sufriendo todo tipo de enfermedades respiratorias ("Aquí, todos somos fumadores, pero no de cigarrillos", dice un médico local). Algo parecido ocurre en el llamado "Valle del Cáncer" en Durban (Suráfrica), donde la emisión de dioxina y otras sustancias cancerígenas es una de las más altas del mundo. Responsables: BP y Shell. Accionista: La Fundación Gates. Y de postre, en el campo de salud, la Fundación ha invertido cientos de millones de euros en empresas farmacéuticas (Schering, Merck, Abbott) que fijan precios desorbitados para los medicamentos vitales para la lucha contra el SIDA, es decir, cierran el acceso por parte de los pobres en todo el mundo, aquellos con los que la pareja Gates le gusta hacerse la foto.

¿Merece una institución de estas características el Premio de Asturias de Cooperación? En La andadura pensamos que sí, ya que demuestra la verdadera cara de la solidaridad hoy en día: Una marca comercial bajo la que se vende cualquier barbaridad. En España, ya tenemos nuestras propias experiencias con este tipo de cinismo: Los negocios accionistas de Intermón Oxfam y Unicef Comité Español, la filantropía de Repsol YPF y el botellón solidario que están montando en Madrid.