lunes, 4 de diciembre de 2006

la indiferencia ecológica como distintivo de la cooperación española

Este fin de semana se ha celebrado en Madrid el octavo Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA). En esta Cumbre de la Sostenibilidad han participado unos 10.000 congresistas, lo que la convierte en un verdadero referente para el desarrollo sostenible en España.

Su manifiesto es claro y contundente con la indiferencia de la práctica totalidad de las ONG españolas frente a los profundos cambios ecológicos y climáticos que estamos viviendo:

    Nos preocupa, y lo denunciamos, que la mayoría de las organizaciones sociales que representan a esta sociedad no tienen entre sus objetivos conciliar el respeto al medio ambiente con sus respectivas actividades, salvo aquellas que han hecho de esta causa su razón de ser.


Desde La andadura, recordamos que la cooperación al desarrollo en España no conoce el color verde en ninguna de sus facetas, careciendo de estrategias de sostenibilidad ecológica a todos los niveles. Este es el caso de la Confederación de ONG de Desarrollo en España, CONGDE, que se preocupa tan profundamente por temas como la correcta utilización de imágenes, o las relaciones entre ONG y empresas. Pero no se ha pronunciado en toda su historia sobre el desarrollo sostenible como concepto básico de una solidaridad que tenga futuro de aquí a 20 años. De hecho, ninguna ONG de desarrollo, ni siquiera las formalmente afiliadas a la UICN, participó en la Cumbre del Desarrollo Sostenible celebrada en Madrid.

Otro ejemplo: El último esfuerzo planificador de la AECI consistió en una desagradable mezcla de intereses económicos, lucha contra la inmigración irregular y paranoia terrorista, a la que se denomina Plan África. Este documento llega a mencionar difusamente la desertificación como principal problema de África Subsahariana. En realidad, según nos comunican desde la reciente Cumbre de Basilea, el problema es que el continente africano sirve de vertedero para ordenadores y móviles obsoletos de los países industrializados. Si la cantidad de la basura tecnológica generada solamente en Europa se trajera a Nairobi, daría para cubrir la ciudad entera cada año con, atención, un metro de desechos. Lo dice Timo Makela, de la Dirección de Medio Ambiente de la Comisión Europea.

Pero lo que le interesa al Gobierno español no son los desiertos ni los agujeros negros de la basura electrónica ni los vertidos accidentales como el de Costa de Marfil, sino los acuerdos para permitir la sobreexplotación pesquera por parte de empresas españolas. A su vez, estos acuerdos dejan en paro a los pescadores del Occidente africano, que encuentran un precario negocio alternativo en la construcción y venta de cayucos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece increíble que con un transfondo de ayuda y cooperación los Gobiernos busquen sumar más beneficio.

Y no entiendo como tras las ONGs de ayuda al desarrollo no vean que es indiscutible que ese desarrollo que propugnan ha de ser sostenible y que han de criticar todas aquellas medidas que expriman los recursos, sin los cuales, claramente, no habría desarrollo

Anónimo dijo...

Me parece increíble que con un transfondo de ayuda y cooperación los Gobiernos busquen sumar más beneficio.

Y no entiendo como tras las ONGs de ayuda al desarrollo no vean que es indiscutible que ese desarrollo que propugnan ha de ser sostenible y que han de criticar todas aquellas medidas que expriman los recursos, sin los cuales, claramente, no habría desarrollo

www.actua-ya.blogspot.com